Hoy en día, México tiene una legislación fiscal muy leal para aquellos extranjeros que deciden invertir en bienes raíces en el territorio nacional mexicano. Esto se debe al hecho de que el gobierno ha tomado un curso durante bastante tiempo para hacer que el país sea atractivo para inversiones. Como resultado, en la última década hay un auge en la construcción de nuevos inmuebles.
Los inversores extranjeros, especialmente los ciudadanos de los Estados Unidos, están dispuestos a comprar casas y departamentos en la costa y vienen a descansar con familias enteras por un tiempo bastante largo. Y esto tiene una explicación lógica: las playas de Cancún, a orillas del mar Caribe, se encuentran entre los diez lugares más bellos para relajarse al nivel mundial. Agregamos a esto los impuestos bajos y obtenemos el secreto del éxito que convierte a México en uno de los países de más rápido desarrollo de América Latina.
Por lo tanto, hay dos tipos de impuestos que tendrá que pagar al momento de comprar una propiedad. El primer impuesto se llama el impuesto de cambio de propietario en la compra de un activo. Esta no es una cantidad muy significativa, son los 2% del valor de tasación declarado de la vivienda. Sin embargo, aquí puedes ahorrar mucho. El hecho es que, por lo general, el costo estimado está muy subestimado, a veces más de 2 veces. Una casa de 100 mil USD, como regla, se estima en los 40-50 mil. Como resultado, el impuesto será bastante insignificante de 800 USD, que sea más barato que un boleto de avión desde Europa hacia México. Técnicamente está prohibido por la ley, pero estas son las realidades de México, el vendedor está tratando de reducir al máximo la carga impositiva sobre el comprador y las autoridades de control no prestan mucha atención a tales violaciones menores. Tal vez sea por el momento, pero hasta ahora, esta práctica está presente en casi todas las transacciones.
El segundo tipo de impuestos son los impuestos anuales que gravan los bienes raíces. Aquí debe distinguir el impuesto sobre la propiedad de 0,12% por año, así como las deducciones anuales por el mantenimiento de un fideicomiso bancario o su empresa, a pesar de que usted compra una propiedad. El hecho es que, según la constitución, a los extranjeros se les prohíbe comprar objetos y terrenos en la zona costera o cerca de la frontera estatal de México. Esta norma ha estado vigente desde mediados del siglo pasado y está más relacionada con la seguridad nacional del país y los métodos para combatir el contrabando. Sin embargo, el propio gobierno ha propuesto un método por lo cual es muy fácil eludir esta prohibición. Por ejemplo, se permite comprar los mismos objetos, pero a través de un fideicomiso bancario o la apertura de su propia empresa. En este caso, los derechos se formalizan en una empresa o en un fideicomiso. En ambos casos, el 100% de la propiedad es propiedad de usted o de cualquier persona de su familia. No se puede decir que haya una diferencia significativa entre estas dos opciones. De todos modos, cada una de estas formas es buena a su manera. La única diferencia es que el mantenimiento del fideicomiso costará anualmente la cantidad de unos 400 USD, y para su propia compañía tendrá que pagar alrededor de 600-1200 dólares al año. Y por cierto, ayudamos con la búsqueda de un contador o la entrega de informes.
Eso es todo. En el próximo artículo de la serie vamos a tratar de averiguar cuánto costará el acompañamiento de la transacción de compra de bienes raíces sin tener en cuenta los impuestos.